Temporada 3 - Episodio 1: La libertad creativa en un estudio de diseño
Si te contratan como diseñador freelance, es posible que sientas que tienes poca libertad creativa entre briefings, revisiones y fechas de entrega ajustadas.
Puede que te sientas algo disgustado o quemado por no poder diseñar según tu criterio, tu estilo propio y que estés deseando que lleguen las vacaciones para poder diseñar esa línea de papelería preciosa o esa camiseta molona que tienes en mente desde hace meses.
Pero espera un momento, ¿existe una manera de conquistar la libertad creativa y desarrollar estilo propio siendo diseñador freelance? ¿O estamos condenados a dejarla aparcada hasta tener un poco de tiempo libre?
Desde mi experiencia, no solo es posible conquistar tu libertad creativa sino que es necesario a la hora de conseguir clientes y de lograr que tu estudio despegue (sea cual sea su dimensión).
En este episodio, te cuento cómo y descubrirás que conquistar tu libertad creativa está más cerca de lo que imaginas.
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Si eres más de leer que de escuchar…
¡Hola! Te doy la bienvenida a este nuevo episodio de Happy Designer.
Soy Noe, diseñadora gráfica y fundadora del estudio de branding Lunes Design.
También soy la creadora de Lunes School, la primera escuela para diseñadores gráficos freelance donde encontrarás recursos y formaciones para conseguir que tu estudio crezca, lograr tener la agenda completa a meses vista y recuperar tu libertad creativa.
Con este episodio empieza una nueva temporada en la cual te traeré, como siempre, mis mejores consejos, algunas reflexiones personales sobre emprender en diseño gráfico - cosa que llevo 10 años haciendo, y, como no, te traeré unos invitados expertos, todo ello para ayudarte en tu día a día como diseñador freelance.
Y me gustaría empezar elevando un poco la energía y dándote motivación con un tema que suele dar buenos resultados para ello : la libertad creativa.
Puede que el concepto te suene un poco abstracto, pero estoy segura de que sabes muy bien a lo que me refiero.
El día que decidiste dedicarte al diseño, es porque… hacías pequeños diseños para ti, sin clientes, briefings o plazos de entrega, y esto te molaba, ¿verdad?
Yo misma empecé con 15 años diseñando una web para mi grupo favorito en la época, Korn. *En realidad, Korn sigue en mi top 10… aiii no, pero esto no le importa a nadie.
Y esto me hacía super feliz, seguía mi propia dirección de arte, mis inspiraciones, iba probando cositas nuevas cada semana sin limites ninguno.
Pongo el avance rápido hasta el momento en el cual empecé a trabajar como directora de arte y… claro. La cosa ya es distinta, cuando se trata de dedicarse profesionalmente a ello, no? Trabajamos con briefings y manuales de marca tan detallados, y plazos tan cortos que se complica bastante esto de diseñar libremente lo que queramos.
Y luego, diseñando en mi estudio de branding, digamos que había un poco menos de restricciones creativas, pero seguia teniendo en frente a mi cliente, con sus peticiones y revisiones.
¿Entonces qué? Los diseñadores estamos condenados a crear proyectos que nos molan en nuestro tiempo libre y apretar los dientes durante la jornada laboral?
Y ya que estamos, es preciso conquistarla? Realmente aporta algo a nivel empresarial, más allá del hecho de sentirse más realizado y feliz creativamente hablando?
Si quieres saber por qué deberías recuperar tu libertad creativa y como sigue escuchando porque ahora te lo cuento todo!
Crecer y escalar tu estudio
Antes de ello, si lo que quieres es crecer y escalar tu estudio pero ya estás muy saturado a pesar de no llegar a final de mes cómodamente, te recomiendo descargar mi kit gratuito 5 atajos para crecer con tu estudio (sin trabajar más horas). Lo encontrarás debajo de este vídeo y en la web de Lunes School.
Mira. Hay una cosa que repetía mucho en mis primeros años como diseñadora y es que nuestro trabajo no es arte. No va de expresión personal, no va de expresar una mensaje que hayamos decidido nosotros, no es belleza o emoción porque sí. Eso vendría a ser la definición del arte no?
Lo nuestro es un encargo, ponemos nuestro talento al servicio de una marca y escogemos la estética que mejor refleja el mensaje que se nos ha pedido comunicar. El resultado puede tener unas caracteristicas “artísticas”... pero no se ha concebido como una obra de arte porque de nuevo, es un encargo de parte de una marca, un organismo o una asociación y el objetivo del diseño venia marcado. .
Ahora, no pienses que aquí estoy, dando la chapa sobre este tema, porque me piense que estás confundido sobre tu rol y la función de tus diseños: sé que la gran mayoría de los diseñadores son conscientes de ello y saben perfectamente ponerse al servicio de sus clientes.
No, esto te lo digo por la razón opuesta. Es algo que tuve que decirme a mí misma después de años repitiendo que el diseño no es arte.
Mira, en 2015 empecé Lunes Design y, después de una primera fase para darme a conocer, me empezaron a llegar todo tipo de encargos. Diseñaba posts para las redes sociales - bendita época antes de los Reels y Stories, qué facil era todo amigos. Diseñaba flyers, folletos, cartelitos. Y, como no, algun que otro logo - un logo suelto o a veces, tambien me tocaba diseñar su paletita de colores y hasta la tarjeta de visita, si habia suerte.
Claro, en la mayoría de los casos debía seguir un manual de marca o, peor aún… las ideas de mis clientes. Arg.
Cuando yo tenia una idea propia para estos diseños… pues dependia, a veces podía intentar diseñarlo como propuesta alternativa pero claro.. me faltaba el tiempo.
Y oye, esto es lo que más recuerdo de esta etapa de mi estudio: la falta de tiempo. Me pasaba el día entre emails, reuniones, haciendo presupuestos, luego el diseño, claro. Y francamente a veces me agobiaba un poco cuando llegaban nuevos clientes potenciales por ya iba muy saturada con todo. Y a veces me costaba crear mis contenidos y actualizar mi web.
No sé si te pasan a ti tambien estas cosas, pero me encantaría que me lo dijeras. Si me quieres mandar un mensaje por Insta, me gustará conversar contigo.
Y volviendo a mi historia, ¿qué me pasaba? Pues que básicamente hacía mi trabajo en mi estudio de la misma manera como la hacía antes, como cuando trabajaba por cuenta ajena.
Cuando trabajaba en agencias la dirección de arte de los proyectos, el estilo a segui,, tooodo me venía marcado por el ejecutivo de cuentas o el director creativo. Nada de esto lo podía decidir yo, porque trabajaba en una empresa. Ellos habían definido unos procesos de trabajo, una visión de empresa, se les conocía por un estilo y tono creativo y yo me tenía que amoldar a todo ello.
Pero ahora… ¡la empresa es mía! A mi también se me ha de conocer y reconocer por mis procesos, mi visión, mi estilo y tono creativo.
Si me dejo llevar siempre por los clientes, esto no va a existir nunca.
Y es cuando me dí cuenta de que los diseñadores no somos artistas, efectivamente... ¡pero tampoco somos ejecutantes gráficos!
Los anglosajones hablan de “pixel pusher”, sabes, o sea gente que mueve píxeles. ¡No somos ni esto, ni técnicos de Adobe Suite por favor!
Y antes de que te pongas a rajar sobre los clientes que no lo entienden… Vengo a decirte que la cosa está en tus manos, mucho más de lo que piensas.
Hace unos años me dí cuenta de que los problemas que te mencioné antes (la falta de tiempo, las muchas revisiones…) los tenía porque los clientes me percibían como una diseñadora técnica o una diseñadora comodín, a quien puedes encargar lo que sea y te lo hará.
Y obvio que soy capaz de amoldarme a cualquier tipo de encargo, manual de marca o estilo, como todos nosotros. Pero hay un tono y estilo que me sale más fácil. Y no solo esto: la experiencia de trabajar conmigo no es la misma que trabajar con otro diseñador. El resultado, o sea el diseño mismo, tampoco va a ser igual que con otro diseñador, por muy cerrado que sea el briefing.
Y cuando empecé a reconocer esto, a potenciarlo de forma intencional y a cambiar mi actitud, es cuando realmente nació mi estudio Lunes Design.
Es cuando empecé a tener clientes que querian trabajar conmigo y no con otros diseñadores - y por lo tanto aceptaban mis condiciones, mis plazos, mis recomendaciones.
Es cuando empecé a tener reconocimiento en mi sector, también, a recibir invitaciones a podcasts o para dar charlas en eventos.
Es cuando realmente obtuve la libertad creativa, horaria y financiera que quería cuando me hice freelance.
No te quiero mentir, hice más cosas para lograrlo, pero el primer paso, lo tengo clarísimo, es…
Reconquistar la libertad creativa siendo diseñador
Y esto lo has de hacer tú. La libertad creativa no te va a venir de los demás, ni tampoco de tus clientes.
Entonces como recomiendo que lo hagas:
Reconoce que no eres uno más, que un diseño tuyo no va a ser el mismo que uno hecho por otro diseñador.
Explora tu identidad creativa, tu estilo propio. Reconoce tu personalidad única, que hace que el proceso de trabajar contigo también es único .
Enamórate de tu identidad creativa y esto te dará motivación y claridad para hacer que esto se sienta tanto en tu marca, como en tu comunicación en general.
Y finalmente, defiende tu libertad creativa con asertividad y límites frente a tus clientes. Porque no lo dudes, esta libertad creativa también tiene beneficios para tus clientes, que obtendrán un resultado mucho más poderoso que si contrataran a alguien que simplemente ejecute sus ideas en Illustrator.
No sé tú pero a mi me emociona un montón esta idea de ser diseñador-artista, y que la gente me contrate por quien soy, por mi estilo y personalidad. Y te garantizo que es la manera de atraer clientes ideales que además de ideales son buenos clientes y proyectos que te flipan.
Si te suena bien, anímate a empezar este proceso de concienciación y reconquista de tu libertad creativa, porque apuesto que como yo, era lo que venias soñando cuando te hiciste freelance.
Espero que este episodio te haya inspirado y que gracias a ello empieces a soñar con ser un verdadero diseñador-artista.
Te deseo un feliz día y hasta pronto para un nuevo episodio.